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La realidad del feminicidio en Colombia

 

 

En Colombia entre marzo y mayo del 2015,  el número de feminicidios aumentó en un 58,6% ¿Por qué se da este fenómeno? ¿En materia de justicia cómo ha tomado el Estado colombiano el feminicidio como crimen? 

 

Por: Lina Valeria Acevedo Bonilla

Foto por Lina Valeria Acevedo. No más Violencia de género. Mayo de 2015

El feminicidio es un fenómeno que durante los últimos 30 años en el mundo ha tomado relevancia,  pues las cifras siguen aumentando cada vez más. Según Jill Radford  activista feminista, el feminicidio es “el asesinato misógino de mujeres realizado por hombres”. En América Latina el concepto ha girado en torno al modo de tipificación que se debe tener en el sistema de justicia penal de cada país. Así mismo en materia de investigación no existe un gran avance sobre el fenómeno  y falta mucho más por abordar.

 

En 2014 la Organización de las Naciones Unidas ONU en su “Modelo de protocolo latinoamericano e investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género (femicidio/feminicidio)” reveló que en ese año 650.000 mujeres fueron asesinadas por feminicidio y que el 38% de estas muertes estaban directamente relacionadas con problemas de pareja.  

En Colombia las cifras son alarmantes  y  para el 2015 según el portal web Pulzo en una noticia publicada el 7 de marzo del 2015 se afirmó que “en lo corrido del año se han presentado 126 feminicidios. Valle del Cauca y Bogotá, lugares con mayor registro de estos casos.” Y aunque para ese momento aún la justicia colombiana no había tipificado el feminicidio como un crimen,  dos días después la Corte Suprema de Justicia sentenció el primer caso en la historia de Colombia; Jesús Ortíz Ramírez  quien mató a puñaladas a su esposa por celos pagará una condena de 23 años por el crimen.   

 

A pesar de la tipificación del fenómeno, en materia judicial Colombia se encuentra atrasada frente a otros países del continente.  En el año 2011 el Estado mexicano aprobó la ley con la cual los homicidios de mujeres por razones de género, se llamarían feminicidios y que estos delitos serían investigados conforme a los protocolos especializados en temas de mujer.  Por otro lado, en Argentina para el 2012 la Cámara de Diputados en dicho país aprobó la ley del feminicidio protegiendo así a las víctimas de dichos crímenes y condenando a sus agresores a cadena perpetua dependiendo la gravedad del delito.

 

Yolanda Puyana Villamizar profesora de la maestría en Estudio de Género y en Trabajo Social, Familia y redes de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia aseguró que “en Colombia hay un ritmo lento del Estado para resolver la cantidad de dificultades que se presentan. Estamos muy absortos por los problemas del conflicto armado y por una incapacidad  de la justicia para avanzar. No hay suficiente conciencia de género a pesar de que tenemos una Consejería para la Mujer, una Secretaría para la Mujer, y políticas públicas desde 1990 o 1991 pero todo esto no sirve por la falta de conciencia de la justicia y la incapacidad de la misma para hacer frente a estos nuevos fenómenos”.

 

Sin embargo dos meses después de que se revelaran las cifras por el portal web Pulzo, al realizar el mismo ejercicio de búsqueda sobre el número de víctimas de  feminicidio, se encontró una publicación  del 7 de mayo del 2015 del portal web elespectador.com en la que se afirma que “en lo corrido de 2015 han sido asesinadas 305 mujeres”, es decir 179 más que para marzo del año en curso.

 

Nubia Esperanza Acevedo, psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia afirmó que el incremento del fenómeno en Colombia se debe a  “la cultura machista que ha estado presente en el país que ha permitido que este tipo de fenómenos se vean como algo cotidiano o normal pues el hombre siempre ha tenido el control”.    

La violencia contra la mujer es un fenómeno que culturalmente se ha naturalizado justificándolo por la dominación que ha tenido el hombre frente a la mujer.  Esta cultura se forja desde los medios que rodean la sociedad. Por un lado estos exponen los derechos de  las mujeres y por otro marcan patrones que justifican las acciones de naturaleza violenta contra el género femenino por ejemplo con las novelas o los estereotipos que se crean frente a la mujer. 

 

El crecimiento de las cifras por los casos de feminicidio ha puesto en alerta a las organizaciones estatales que han buscado crear todo tipo de estrategias para disminuir los casos.  Hoy en día la Secretaría Distrital de la mujer de la ciudad de Bogotá tiene múltiples estrategias para ayudar y proteger a las mujeres que se encuentran en riesgo de ser víctimas de violencia.

 

Entre ellas está la Línea Purpura Distrital que  hacerle frente a los casos de violencia. Es así como mujeres que están siendo víctimas pueden comunicarse con personas especializadas en el tema y allí encontrar todo tipo de asesoría, tanto jurídica,  como psicológica. Por otro lado, las Casas de Igualdad de Oportunidades brindan ayuda a las mujeres que lo soliciten por medio de diversas actividades que empoderen a las mujeres e impiden el crecimiento de la violencia por parte de sus compañeros sentimentales. Otra de las estrategias que se están llevando a cabo desde la Secretaría de la Mujer es la implementación del Observatorio Distrital de Mujeres y Equidad de Género cuya finalidad es el análisis frente al estado de los derechos de la mujer en el distrito.

A pesar de la implementación de estas estrategias las cifras siguen aumentando y en materia judicial y de investigación aún sigue existiendo un vacío que permite el crecimiento de las víctimas. Por otro lado, aunque en Colombia se tipificó el feminicidio como delito autónomo aún existe mucho trabajo por realizar para impedir la impunidad en los crímenes y la naturalización de los mismos.

 

Tal es el caso de Kelly Guiselle Méndez, quien el 23 de noviembre del 2014 fue víctima de una agresión por parte de su ex compañero sentimental el cual le propinó puñaladas en su pecho que por poco le quitan la vida. Sin embargo hoy en día Yerson Osvaldo Neva tiene casa por cárcel. Aunque en principio Kelly no quería que su caso saliera a la luz pública pensó que era necesario para que Yerson pagara por el crimen que cometió pero  solo hasta que se contactara con varios medios de comunicación comenzó a recibir la ayuda necesaria para que se hiciera justicia, hoy en día Kelly sigue luchando porque su caso al igual que el de muchas otras mujeres no quede impune. 

 

Sin embargo, lo más arduo de la tarea no se encuentra en el Estado ni en la academia sino en desdibujar los imaginarios que existen en la sociedad frente al papel de la mujer y esta labor lleva muchos años realizándose sin una respuesta satisfactoria pues las víctimas de violencia siguen aumentando.  Al preguntarle a Yolanda Puyana, sobre qué se debería hacer   para impedir que las mujeres sigan siendo vulneradas, ella responde “yo llevo 40 años intentando realizar un cambio significativo, he estudiado el tema a profundidad, he hecho  investigaciones y cualquier tipo de cosas, todo sigue igual, nada cambia. Ustedes los jóvenes creen que uno llega un día y dice que el problema de género está mal y el mundo va cambiar pero no es así de fácil porque quitarle a la gente de la cabeza que el hombre no tiene el control e instaurarle el chip de la igualdad lleva mucho tiempo y no se consigue de la noche a la mañana”.  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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